La reconocida firma italiana Prada ha concretado la adquisición de Versace por 1,375 millones de dólares, en una operación que marca un hito en la industria de la moda de lujo. El acuerdo fue anunciado oficialmente el 10 de abril, luego de varios meses de negociaciones que estuvieron cerca de fracasar debido a tensiones comerciales entre Estados Unidos y Europa.
El presidente ejecutivo de Prada, Andrea Guerra, calificó la compra como «estratégica para fortalecer nuestra posición en el segmento premium mundial». Según informó Forbes México, la transacción habría enfrentado obstáculos relacionados con aranceles impuestos durante la administración de Donald Trump, que casi frenan la adquisición.
Con esta operación, Prada no solo expande su portafolio de marcas de alto perfil, sino que también intensifica su presencia frente a competidores como LVMH y Kering.


Contexto y repercusiones de la compra
La firma Versace, fundada por Gianni Versace en 1978, es uno de los símbolos más reconocidos del diseño italiano. Antes de esta adquisición, la marca era propiedad mayoritaria del grupo estadounidense Capri Holdings, que también controla otras casas como Michael Kors y Jimmy Choo.
Infobae destacó que el acuerdo fue alcanzado tras una evaluación cuidadosa de las sinergias comerciales y creativas entre ambas casas de moda. Prada buscará mantener la identidad de Versace, permitiendo que continúe operando con independencia creativa.
Andrea Guerra aseguró que «Versace seguirá siendo Versace», enfatizando que se respetarán tanto la dirección artística como el legado de la marca.
Impacto en el mercado y proyecciones
Según Reforma, la adquisición podría fortalecer significativamente el posicionamiento global de Prada, especialmente en mercados como América del Norte y Asia. La combinación de ambas casas de moda permitirá aprovechar economías de escala, optimizar cadenas de suministro y ampliar el alcance comercial.
La operación también se interpreta como una respuesta a la creciente consolidación en el sector del lujo, donde las grandes conglomerados buscan aumentar su competitividad mediante la adquisición de marcas icónicas.
Asimismo, analistas prevén que esta alianza podría traducirse en un crecimiento significativo de los ingresos combinados, superando los 10,000 millones de dólares anuales.