D-uñas celebra sus 20 años inaugurando una nueva etapa estratégica que busca reafirmar su papel como «pionera y referente» del cuidado de manos y pies. Esta evolución mantiene intacto su propósito: ser el espacio donde belleza y bienestar conviven de forma natural. Así lo confirma su CEO y socia fundadora, Mery Oaknin, en una conversación con Just Retail.
¿Cómo valora d-uñas en la evolución del sector retail de belleza desde la puesta en marcha del primer concepto de salón especializado en manicura en España hace veinte años?
Cuando abrimos nuestro primer salón, hace veinte años, el sector de la manicura en España aún estaba poco profesionalizado y, por tanto, no existía una propuesta especializada con estándares de calidad, protocolos definidos y una visión de experiencia de cliente. Fue entonces cuando vimos clara una oportunidad: elevar este servicio, profesionalizarlo y convertirlo en un modelo de negocio.
A lo largo de estas dos décadas, el sector ha experimentado un crecimiento enorme, impulsado por la demanda de los servicios especializados. Hoy día el cliente es más exigente y está más informado, por lo que esta evolución ha reforzado nuestro propósito desde nuestros inicios: ofrecer un espacio de belleza y bienestar donde el cuidado, el profesionalismo y la calidad son la base de nuestros servicios.
Mirando atrás, nos sentimos orgullosas de haber sido pioneras y haber contribuido a profesionalizar un mercado que hoy tiene un peso muy relevante en el mundo.
La marca inicia ahora una “nueva era”. ¿Cuáles son los pilares estratégicos de este reposicionamiento y cómo se traducen en la experiencia dentro de sus salones?
Esta nueva etapa responde a un proceso natural de evolución de la marca. Tras veinte años de crecimiento y con unos valores muy marcados que nos han acompañado todo este tiempo, queremos recalcar lo que nos define: calidad, profesionalismo, innovación, cuidado, excelencia y empoderamiento.
En el salón, estos pilares se traducen en un ambiente cuidado, una atención personalizada, un lenguaje coherente y una experiencia donde la técnica realiza un servicio profesional y personalizado.
Tras dos décadas de trayectoria, ¿cómo equilibra la marca la innovación constante con el mantenimiento de su ADN centrado en el cuidado, el bienestar y el empoderamiento a través de rituales cotidianos?
La clave está en evolucionar sin perder nuestra esencia. Nuestro ADN siempre ha sido cuidar a través de rituales cotidianos: una manicura, una pedicura, masaje, cuidado facial… Son gestos sencillos que generan bienestar, empoderamiento y, por tanto, autoestima.
Poniendo al cliente en el centro, innovamos para darles lo mejor: servicios como reflexología, exosomas, dermapen, maderoterapia -entre una larga lista de servicios que ofrecemos en nuestros salones- bajo un enfoque seguro, profesional y orientado al bienestar.
Nuestra razón de ser es clara: innovamos para ofrecer un servicio seguro, que sume y aporte valor. En este sentido, antes de que la normativa prohibiese el ingrediente TPO en los esmaltes, nosotras ya estábamos preparadas. La seguridad del cliente no es una tendencia, es parte de nuestros valores.
¿Qué oportunidades de crecimiento identifica la compañía dentro del retail beauty para los próximos años?
En primer lugar, la expansión internacional. Nuestro modelo de negocio está consolidado en 9 países y seguimos identificamos mercados con alta demanda de servicios especializados. Además, apostamos por la diversificación de servicios. La clienta busca experiencias completas: busca un servicio de bienestar donde relajarse y mimarse. Por ello, tenemos una lista de servicios acordes a sus necesidades.
A esto hay que añadir la digitalización. La integración de herramientas digitales permite mejorar la eficiencia y la recurrencia en cada salón. Por eso, contamos con un soporte 360º personalizado y exclusivo orientado a maximizar el crecimiento y la rentabilidad.
D-uñas tiene la ventaja de ser una marca sólida, con un modelo de negocio rentable y probado y con una red internacional preparado para los siguientes pasos.
