Videovigilancia masiva con IA: las cámaras inteligentes redefinen el tratamiento de datos personales en el sector retail

El impacto de la inteligencia artificial en el ámbito empresarial y comercial ha sido notorio y su influencia se hará más patente aún en el futuro en diversos ámbitos. Uno de ellos, sin duda, es la seguridad. El creciente uso de cámaras inteligentes no solo trae consigo soluciones innovadoras para la seguridad de los negocios, sino que la videovigilancia masiva con IA ofrece nuevas posibilidades relacionadas con el análisis de comportamientos o el marketing predictivo.

Y es que, según afirma el estudio de Grand View Research, “el tamaño del mercado global de la videovigilancia con inteligencia artificial se estimó en 6.510 millones de dólares en 2024 y se proyecta que alcanzará los 28.760 millones de dólares en 2030, con una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 30,6 % entre 2025 y 2030”. Unas predicciones que dejan claro que la apuesta del sector retail por la videovigilancia con IA es firme.

Sin embargo, esta “fiebre” por las cámaras de seguridad inteligentes coincide con la entrada en vigor del Reglamento sobre Inteligencia Artificial o AI Act, y con el desarrollo del anteproyecto de Ley para el buen uso y la gobernanza de la inteligencia artificial en España, dos normativas que ya venían siendo más que necesarias y que vienen a regular, entre muchos otros aspectos, el uso que se hace de la videovigilancia en espacios públicos y privados.

¿Qué dice la Ley de IA sobre la videovigilancia en tiempo real con cámaras inteligentes?

La nueva Ley de Inteligencia Artificial de la Unión Europea introduce una regulación precisa sobre el uso de sistemas de videovigilancia masiva con IA en el sector retail, obligando a las marcas y comercios a revisar en profundidad las tecnologías que utilizan en sus tiendas físicas. Aunque la grabación de imágenes con fines de seguridad sigue siendo legal, la ley impone nuevas obligaciones cuando estas cámaras están potenciadas por inteligencia artificial para realizar tareas como el reconocimiento facial, la detección de emociones o el análisis de comportamiento del cliente.

En este sentido, los abogados especialistas en inteligencia artificial y protección de datos de Atico34 señalan que “una tienda que emplee un sistema de videovigilancia con IA para identificar el estado emocional de los clientes y adaptar en tiempo real el contenido publicitario en pantallas, por ejemplo, mostrando anuncios diferentes según se detecte aburrimiento, interés o confusión, estaría utilizando una tecnología considerada de “alto riesgo” bajo la nueva normativa (…) Esto obliga al comercio en cuestión a someter el sistema a evaluaciones técnicas previas, mantener un registro detallado, garantizar la transparencia ante los clientes mediante señalización visible y comprensible, y ofrecer garantías de supervisión humana”.

La ley también prohíbe de forma expresa ciertos usos, incluso si son técnicamente posibles. Entre ellos, el uso de reconocimiento biométrico en tiempo real en espacios públicos con fines generales, o cualquier herramienta que clasifique a los consumidores según rasgos sensibles como su origen étnico, religión o nivel socioeconómico. Esto afecta a soluciones de marketing predictivo y de análisis de público que ya se estaban probando en grandes cadenas de retail en Europa.

En cambio, sistemas que se limitan a contar personas para gestionar el aforo, mapear los recorridos dentro de una tienda sin identificar individuos, o detectar tiempos de espera excesivos en las colas, no se consideran de alto riesgo siempre que no incluyan tratamiento biométrico ni decisiones automatizadas que afecten directamente al cliente. No obstante, siguen sujetos a la normativa general de protección de datos (RGPD), lo que exige informar adecuadamente mediante cartelería visible y restringir el uso de las imágenes a los fines declarados.

Con este nuevo marco legal, el retail europeo se enfrenta al reto de adaptar sus herramientas tecnológicas a una normativa que busca preservar la confianza del consumidor en un entorno cada vez más digitalizado. Las cadenas que apuesten por sistemas avanzados deberán incorporar medidas de gobernanza y transparencia, mientras que aquellas que utilicen soluciones más simples, pero igualmente eficaces, seguirán teniendo margen para innovar dentro de la legalidad.

¿Cómo afecta la regulación sobre videovigilancia masiva con IA al sector retail?

La regulación europea sobre videovigilancia con inteligencia artificial podría tener un impacto profundo en el sector retail, tanto en el diseño de las tiendas del futuro como en las estrategias de marketing, fidelización y experiencia de cliente. 

Un informe reciente de Western Digital señala que “el 25 % de las organizaciones tienen como prioridad implementar sistemas de videovigilancia con inteligencia artificial en los próximos 12 meses”.  Por tanto, en un escenario futuro donde los establecimientos comerciales quieren, presumiblemente, integrar sistemas inteligentes capaces de analizar el flujo de clientes, identificar patrones de compra, evaluar el estado emocional del consumidor o personalizar en tiempo real la experiencia en tienda, esta regulación introduce una barrera legal y técnica que podría frenar su adopción. 

Las inversiones en tecnologías de videovigilancia masiva con IA como el reconocimiento facial para detectar a clientes recurrentes, o el análisis de emociones para adaptar el layout o el contenido de pantallas digitales, deberán someterse a auditorías, evaluaciones de impacto y cumplir obligaciones de transparencia que podrían hacer inviable su implementación a gran escala.

Además, la prohibición explícita del reconocimiento biométrico en tiempo real con fines generales en espacios públicos afecta directamente a muchas soluciones pensadas para centros comerciales o flagship stores que aspiraban a emular modelos de hiperpersonalización similares a los del entorno online

La imposibilidad de utilizar IA para identificar personas sin su consentimiento explícito limitará la capacidad de integrar experiencias omnicanal donde el cliente sea reconocido automáticamente al entrar a la tienda y reciba ofertas personalizadas o asistencia automatizada basada en su historial de compras.

A largo plazo, esto podría generar una polarización entre grandes retailers con capacidad para implementar tecnologías de forma ética, transparente y conforme a la ley, y pequeños comercios que opten por soluciones menos sofisticadas pero más seguras desde el punto de vista legal. 

También podría impulsar una nueva generación de tecnologías “privacy by design enfocadas en el análisis colectivo (no individual) de patrones de comportamiento o que utilicen datos sintéticos y anonimización avanzada para sortear los riesgos regulatorios.

Por otra parte, este marco normativo podría generar una ventaja competitiva para aquellos comercios que logren crear experiencias diferenciales sin invadir la privacidad del cliente

¿Qué debo hacer si instalo cámaras de seguridad inteligentes en mi negocio?

Resulta complicado resumir todas las obligaciones en solo unas acciones concretas ya que depende del tipo de tratamiento de datos personales que se vaya a realizar. Es necesario analizar el nivel de riesgo, determinar los fines del tratamiento y analizar muchos otros aspectos.

Bien es cierto que existen herramientas y software capaces de ofrecer soluciones funcionales en protección de datos y videovigilancia. Sin embargo, siempre van a surgir dudas. ¿Cómo y dónde se deben almacenar las imágenes? ¿Durante cuánto tiempo? ¿Qué debe incluir la evaluación de impacto? ¿Cómo debo informar sobre la instalación de cámaras? ¿Con qué fines concretos puedo usar las grabaciones? Las dudas acerca de estas cuestiones y la rapidez a la que avanza la implementación de esta tecnología pone cada vez más de manifiesto la importancia de contar con un respaldo legal.

Ya existen ejemplos de abogados expertos en inteligencia artificial como Atico34 o Garrigues que ofrecen servicios de protección de datos adaptados a las nuevas exigencias de la normativa. Leyes como el RGPD, el AI Act europeo y el anteproyecto de Ley española de IA no solo requieren conocer los textos legales, sino también interpretarlos y aplicarlos correctamente a contextos específicos. 

Los especialistas en protección de datos tienen la formación y experiencia necesarias para evaluar cómo afecta la normativa a cada sistema tecnológico, identificar los riesgos reales y diseñar soluciones prácticas que equilibren la innovación con la legalidad.

En resumen, el auge de la videovigilancia inteligente en el retail plantea grandes oportunidades, pero también exige responsabilidad. Cumplir con la normativa vigente y contar con asesoramiento experto será clave para innovar sin poner en riesgo la privacidad. La tecnología avanza, pero el respeto a los derechos debe ir siempre por delante.

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