En plena campaña navideña, cuando los centros comerciales baten récords de afluencia y consumo, Sonae Sierra ha decidido mirar más allá de las ventas. Este año, el grupo ha lanzado una de sus iniciativas más especiales: “Mi viento interior”, un cuento solidario ilustrado y escrito por la artista Tania García, cuyos beneficios íntegros se destinarán a Fundación Aladina para apoyar a niños y adolescentes con cáncer y a sus familias.
La acción –que se despliega de forma transversal en los centros comerciales de Sonae Sierra en España– combina cultura, sensibilización social, fomento de la lectura infantil y apoyo directo a proyectos hospitalarios. Una iniciativa “redonda”, como la definen sus responsables, que demuestra que el retail también puede ser un motor de cambio positivo.
Una Navidad que apuesta por el papel, la calma y los valores
Durante la presentación en Luz del Tajo (Toledo), María Caballero, responsable de Marketing de Centros Comerciales de Sonae Sierra para España, resumió el espíritu de esta campaña: Para Sonae Sierra, la responsabilidad social no es una acción aislada: está presente en todos los eventos que hacemos. Este año buscábamos algo especial, algo transversal, que cubriera muchas áreas. Este libro lo hace: transmite un mensaje poderoso para los niños, apoya a un talento emergente, impulsa la lectura en papel y, además, destina el 100 % de la recaudación a Fundación Aladina”.

La apuesta por un cuento ilustrado no es casual. En un momento en el que las pantallas dominan la infancia, la compañía quería ofrecer a las familias “un regalo valioso, en papel, que permita sentarse, compartir y leer juntos”, explica Caballero. Esa lectura compartida –ese momento de calma, conversación y vínculo– es, precisamente, el corazón del proyecto.
Un proyecto que nace de dentro: emociones, autoaceptación y la voz que todos llevamos
La autora e ilustradora del cuento, Tania García, recibió el encargo con entusiasmo desde el primer minuto. Su trabajo es totalmente original para este proyecto y nace de su propia experiencia. “Siempre he sido una niña con mucha intensidad emocional, un torbellino interior que no siempre supe gestionar. Durante la infancia pensé que era un problema, algo que estaba mal en mí. Con el tiempo entendí que era parte de lo que soy. Quería llevar esa idea al libro: hablar de autoaceptación, de miedos, de neurodivergencias, pero sin ser didáctica. El cuento no pretende enseñar, sino abrir preguntas”, explica.

En “Mi viento interior”, la protagonista convive con dos figuras simbólicas: un viento que encarna ese torbellino emocional y un pajarito que representa la voz interior que pide ser escuchada. A través de ellos, los niños pueden reflexionar –junto a los adultos– sobre emociones, identidad y diferencia.
García quiso que la estética acompañara esa sensibilidad: “Aunque es digital, trabajé el libro como si fuera acuarela. Es una técnica de paciencia, de capas suaves, y me ayudaba a conectar con la calma que quería transmitir”.
Fundación Aladina: transformar hospitales, acompañar familias, devolver la infancia
Para Fundación Aladina, esta colaboración no solo aporta visibilidad: significa recursos directos para continuar su labor en los hospitales públicos españoles.
Durante la presentación, su portavoz detalló la importancia de iniciativas como esta: “Cada año se diagnostican más de 2.000 casos de cáncer infantil en España. Nuestro objetivo es acompañar emocional, material y psicológicamente a los niños y sus familias. Financiamos psicooncólogos –una figura que no existe en la sanidad pública–, ofrecemos ejercicio físico personalizado, ocio terapéutico y ayudas económicas. Y además humanizamos espacios hospitalarios para que un niño pase de un lugar frío y gris a uno lleno de luz y calidez”.

Toledo es un ejemplo emblemático: la fundación ha transformado todas las áreas pediátricas del Hospital Universitario de la ciudad en un proyecto inspirado en “la Ciudad de las Tres Culturas”, convirtiendo la experiencia hospitalaria en algo más amable para quienes pasan meses –o incluso años– en tratamiento. “Colaboraciones como estas nos permiten llegar más lejos. Cada libro vendido nos ayuda a que esos niños puedan seguir siendo niños, incluso en momentos tan duros”.
Un proyecto de retail con mirada humana
La idea del cuento nació dentro del área de marketing de Sonae Sierra, que llevaba meses buscando una acción capaz de unir impacto, coherencia y valor para las familias. “Queríamos algo potente y transversal, una colaboración que de verdad generara una ayuda significativa”, explica Caballero en declaraciones a Just Retail.

La elección de Tania –que escribe e ilustra– fue clave para dotar al proyecto de una identidad cálida y coherente, y la participación de la editorial Edelvives garantizó un acabado delicado y de alta calidad.
Sonae Sierra ha puesto en circulación 9.000 ejemplares, disponibles en sus centros en España. Cada libro se adquiere mediante una donación de 5 euros, destinados íntegramente a Fundación Aladina. La compañía espera que la campaña navideña, sumada a otras acciones como la Feria del Libro o los puntos de empaquetado solidario, permita alcanzar una recaudación significativa a lo largo del año.
Más que un libro: una herramienta para educadores, familias y acompañantes
Aunque el proyecto nació como un producto navideño, su contenido tiene recorrido más allá de la temporada. La historia, la estética y los mensajes lo convierten en un recurso valioso para educadores, psicólogos infantiles, familias y centros escolares.
Como señala la propia autora: “Lo importante no es que el niño lea solo. Es que leamos juntos, que hagamos preguntas: ¿tú también has sentido este viento? ¿Qué te hace diferente? ¿Cómo suena tu propia voz interior? Ese acompañamiento es lo que hace mágico este cuento”.
María Caballero destaca también este aspecto: “No es un producto más. Tiene un contenido que puede ayudar a muchos niños y a muchos educadores. Queríamos que tuviera un trasfondo real, que aportara”.
Retail con propósito: cuando una campaña deja huella
“Mi viento interior” no es solo un cuento. Es un símbolo de cómo el retail puede conectar con la sociedad y generar impacto real cuando decide trabajar desde la empatía y la responsabilidad.

Es también una demostración de cómo las marcas pueden sumar talento emergente, instituciones solidarias y equipos locales para crear algo significativo.
Y, sobre todo, es una invitación a las familias a regalar tiempo, escucha y conversaciones. A apagar pantallas y abrir libros. A enseñar a los niños que sus emociones no son un problema, sino un camino hacia quiénes son.
Este año, Sonae Sierra no solo decora sus centros para Navidad. También los llena de historias que transforman, acompañan y ayudan. Historias que, como este cuento, empiezan en un papel… y pueden acabar cambiando una vida.














