Barcelona 2030: infraestructura, movilidad y regeneración urbana

Meridiana celebró su último Mipim Meetup del año en La Casa de la Llum, el espacio de Simon en Barcelona, para ofrecer una mirada hacia el futuro de la ciudad como polo urbano, económico y de innovación sostenible en la próxima década. Dos conversaciones, con distintas perspectivas del sector público y privado, que fueron más allá de los plazos y las cifras para poner el foco en una idea clave: cómo las infraestructuras pueden (y deben) convertirse en auténticos generadores de ciudad y valor.

Moderada por Dolors Jiménez, directora territorial de Cataluña en Gesvalt y socia de WIRES, la mesa redonda “Barcelona 2030: Nuevas Infraestructuras y rehabilitación para una ciudad en transformación” analizó el impacto de los proyectos estratégicos en desarrollo en la ciudad y las personas.

Lluís Domènech, director de Arquitectura de Barcelona Sagrera Alta Velocitat, explicó la magnitud de una de las mayores operaciones urbanas en marcha en Europa: el proyecto de La Sagrera abarca 160 hectáreas y está llamado a convertirse en una nueva centralidad urbana, con una estación preparada para hasta 100M de pasajeros al año, un gran parque sobre la infraestructura ferroviaria y hasta 13.000 viviendas, además de actividad terciaria y equipamientos.

Domènech subrayó que el verdadero reto no es solo construir la estación, sino cerrar las coberturas ferroviarias para poder empezar a hacer ciudad. “La complejidad es lo que hace ciudad; sin complejidad solo hay edificios”, señaló destacando la dificultad de coordinar múltiples administraciones y ejecutar una infraestructura rígida sin perder identidad urbana. El objetivo, afirmó, es transformar una histórica fractura ferroviaria en un eje de conexión, identidad y vida urbana.

Desde la perspectiva arquitectónica, Fermín Vázquez, socio fundador y director de b720 Fermín Vázquez Arquitectos, explicó cómo la estación de La Sagrera se concibe como un elemento de continuidad y no como una barrera. “La estación no debe ser un obstáculo, sino un lugar que se pueda atravesar y reconocer como propio”.

Vázquez recordó que este tipo de infraestructuras se planifican a 30 años vista, en un contexto cambiante donde las demandas de movilidad y uso evolucionan rápidamente. Ejecutar la obra mientras la ciudad sigue funcionando, añadió, es un proceso de alta complejidad que exige anticipación, flexibilidad y una visión urbana compartida.

«1.200 hectáreas, 40.000 trabajadores diarios, un gasto energético equivalente a una ciudad de 120.000 habitantes, y el 2,8% del PIB de Cataluña. Hay que entender el Port de Barcelona como lo que es: un generador de riqueza para la ciudad”, afirmó Carles Anglada, CEO de World Trade Center Barcelona, quien hizo hincapié en la necesidad de dejar de ver las infraestructuras como problemas urbanos y empezar a entenderlas como auténticas palancas de valor para la ciudad.

Asimismo, Anglada defendió que las infraestructuras solo generan valor si evolucionan con la sociedad. Puso al WTC como ejemplo de esta transformación: hoy las oficinas compiten menos por metros cuadrados y más por servicios, experiencia y comunidad. “No alquilamos metros cuadrados; damos servicio”. En paralelo, presentó el Blue Tech Port como una apuesta del Puerto de Barcelona para impulsar la economía azul, la innovación y la sostenibilidad, creando un ecosistema de startups, corporaciones y universidades con impacto real.

La visión institucional de Barcelona 2030

Pau Solanilla, socio de Sector Público en Harmon, y Bàrbara Pons, directora general de Barcelona Regional, defendieron el modelo Barcelona como una ciudad abierta y con propósito, capaz de conciliar competitividad, sostenibilidad y equidad, y abordaron el reto de la gobernanza metropolitana frente a otras capitales internacionales.

Pons aportó una lectura estructural sobre cómo planificar infraestructuras a décadas vista cuando la economía, la demografía y los hábitos sociales cambian en pocos años, y trazó un mapa de transformación con ejes como el litoral (adaptación climática), el corredor Besòs–Sagrera (basculación de la ciudad hacia el noreste) y el delta del Llobregat (puerto, aeropuerto y suelo productivo).

Cerró con un mensaje clave para el sector: Barcelona y Madrid crecen en torno a 100.000 habitantes al año, lo que refuerza la necesidad de optimizar la infraestructura existente y densificar de forma inteligente alrededor de las redes ferroviarias.

El Meetup concluyó con la intervención de Albert Castro, CEO de Meridiana y representante oficial de MIPIM en Iberia, quien destacó el papel de MIPIM como plataforma clave para explicar Barcelona al mundo, atraer inversión internacional y posicionar sus proyectos estratégicos en el contexto global.

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