La firma española de moda femenina Byan encara una nueva fase de crecimiento tras superar los tres millones de euros en ventas. Lo hace apostando por un modelo de negocio basado en el smart luxury, un concepto de lujo consciente que prioriza la calidad del producto, la artesanía y la exclusividad frente al consumo rápido.
Desde sus inicios, Byan ha apostado por crecer fuera de España de forma progresiva, evitando la saturación del mercado nacional. Actualmente, la marca está presente en algunos de los principales operadores y grandes almacenes internacionales, como Liberty (Londres), Le Bon Marché (París), Bongénie (Suiza), Falabella (Chile y Perú) y El Corte Inglés en España y Portugal.
En el canal digital, la internacionalización ha superado las previsiones iniciales. Aunque el objetivo para la temporada era alcanzar un 50 % de ventas online fuera de España, la cifra ya supera el 60 %, con los Estados Unidos, el Reino Unido e Italia como principales mercados.
En paralelo, Byan está reforzando su red de tiendas propias. Tras la apertura en 2024 de su primer punto de venta en Madrid, ubicado en la calle Claudio Coello, la firma inauguró en 2025 su primera tienda en Londres, en Covent Garden, concebida como un espacio permanente. De cara a 2026, la compañía prevé una nueva apertura en otro de los grandes mercados internacionales de la moda, aún por desvelar.
En apenas cuatro años, la marca fundada por Andrea Moragues ha evolucionado desde un proyecto iniciado en el salón de una vivienda hasta situarse entre las enseñas españolas con mayor proyección internacional en el segmento premium accesible. Actualmente, Byan lanza dos colecciones completas al año, que se agotan temporada tras temporada, y prevé que en 2026 las ventas internacionales superen a las del mercado español, tanto en el canal online como offline.
La propuesta de Byan se sustenta en una producción responsable y de proximidad. Todas sus prendas se confeccionan en pequeños talleres en España, con un control exhaustivo sobre los tejidos, los acabados y los procesos de confección. La marca trabaja con unidades limitadas, lo que refuerza su posicionamiento en términos de exclusividad y evita la sobreproducción.
El desarrollo de la marca también se apoya en un equipo que ha crecido al mismo ritmo que el negocio. BYAN mantiene una estructura ágil, con espíritu de startup, donde la colaboración, el análisis de datos y la rapidez en la ejecución forman parte de su ADN. La compañía defiende el talento como un activo estratégico y apuesta por un crecimiento compartido entre marca y equipo.
Con una identidad definida, una presencia internacional consolidada y una comunidad fiel, BYAN entra en una etapa de mayor madurez sin renunciar a la ambición. La firma ya trabaja en la colección de verano y avanza en el diseño del invierno 2026, con el objetivo de seguir elevando su propuesta creativa y reforzar su posicionamiento en el mercado internacional del smart luxury.
