La sastrería Sánchez Caro abre un nuevo espacio en Madrid que fusiona boutique y taller en un nuevo concepto retail. Ubicada en la calle Monte Esquinza, la tienda –diseñada por el estudio internacional Moneo Brock– propone una experiencia inmersiva que acerca al cliente a la esencia del oficio y al proceso de confección artesanal.
La firma afrontaba el reto de unificar su antiguo taller y su tienda en un único local y ha convertido esta necesidad operativa en una oportunidad para redefinir su modelo de atención. El resultado es un formato boutique-taller abierto que elimina barreras físicas y simbólicas entre la labor del sastre y la experiencia de compra. Una gran puerta corredera de vidrio permite independizar o conectar ambos espacios, sin perder la visibilidad del proceso de corte, confección y planchado.
El proyecto destaca por un interiorismo que busca un lenguaje material coherente y atemporal. Piedra natural, tejidos nobles y mobiliario diseñado a medida generan un ambiente cálido y contemporáneo, pensado para reforzar la identidad artesanal de la marca. Entre los elementos más singulares se encuentra un probador-expositor de acero inoxidable concebido como una pieza escultórica, cuyo sistema pivotante y su interior de espejos ofrecen una visión completa de cada prenda en prueba.
Las estanterías suspendidas de vidrio, sujetas mediante cables finos desde el techo, aportan una imagen de precisión y ligereza que evoca el gesto del hilo en la confección. En el acceso, una alfombra de sastre diseñada por Moneo Brock –de casi cuatro metros por lado– interpreta la geometría de los patrones de confección y actúa como pieza icónica que conecta diseño y oficio.
En el exterior, la fachada revestida en mármol negro Marquina y el nuevo rótulo dorado refuerzan la identidad visual de la marca y ofrecen un escaparate sofisticado al viandante.
Con esta apertura, Sánchez Caro se suma a la tendencia de espacios retail que apuestan por la transparencia, la personalización y la puesta en valor del proceso artesanal como elementos de diferenciación. El proyecto sitúa la sastrería tradicional en un nuevo marco donde experiencia, diseño y oficio se integran para atraer a un cliente que busca exclusividad y autenticidad en el producto hecho a medida.
