El empresario Tomás Olivo, a través de su vehículo General de Galerías Comerciales, ha adquirido el proyecto Infinity —en desarrollo en el nuevo barrio de Turianova, junto al Hospital La Fe de València— en una operación que fuentes sectoriales sitúan en torno a los 60 millones de euros por la parcela y el proyecto. El acuerdo incluye además 20.000 m² adicionales de suelo de uso terciario que el comprador podrá destinar a oficinas, hoteles u otros usos complementarios.
Según la documentación y las cifras difundidas por la promotora original, AQ Acentor, el complejo Infinity contempla 92.000 m² de superficie bruta alquilable (SBA), más de 220 locales comerciales y alrededor de 4.000 plazas de aparcamiento, lo que lo situaría por delante de grandes activos comerciales existentes en el área metropolitana valenciana. La inversión total prevista para el desarrollo supera los 400 millones de euros, según las estimaciones que han circulado en la cobertura informativa.
La operación ha sido gestionada por la consultora JLL, que habría liderado el proceso de venta entre AQ Acentor y General de Galerías Comerciales. Fuentes consultadas por la prensa señalan que el proyecto ya cuenta con licencias de construcción y comercial y con un grado de comercialización comprometida que supera el 55 % de los espacios, datos que refuerzan la viabilidad a corto plazo del inicio de las obras si el nuevo promotor mantiene el planteamiento actual.
El planteamiento de Infinity combina retail convencional con una oferta amplia de ocio y experiencias: la memoria del proyecto y los comunicados públicos citan elementos como un beach club con piscina de olas artificiales, rocódromo, salas de realidad virtual, espacios de gaming, escape rooms y una denominada “ciudad del láser”, además de cines y áreas familiares. AQ Acentor también había destacado el compromiso del proyecto con medidas de sostenibilidad –zonas verdes, eficiencia energética y uso responsable del agua– dentro del desarrollo de Turianova.
La ubicación –en uno de los grandes desarrollos urbanísticos de la ciudad, Turianova– y el tamaño del activo son dos de los factores que han llamado la atención del mercado. Turianova es un plan de crecimiento que contempla miles de viviendas y amplias zonas verdes; la incorporación de un centro comercial de estas dimensiones supone, según varios analistas, una apuesta por crear un “polo” comercial y de ocio con influencia regional. Algunos medios especializados ya han apuntado que, por superficie y oferta, Infinity competiría con centros como El Saler o Bonaire en atractividad y dimensión.
Aunque los detalles sobre el calendario de ejecución, el plan financiero detallado por parte de General de Galerías Comerciales y el perfil final de operadores todavía no se han hecho públicos, la operación cambia la hoja de ruta del proyecto: pasa de la promoción directa por parte de AQ Acentor a estar bajo la tutela de un grupo con un perfil inversor y operador centrado en centros comerciales. El movimiento encaja en una tendencia reciente del mercado español en la que proyectos de gran tamaño atraen a socimis y vehículos especializados capaces de asumir desarrollos de larga ejecución.
En la práctica, la compra libera a AQ Acentor de la promoción directa del macrocentro y aporta a Olivo una plataforma para desarrollar un activo de referencia en la región. La inclusión en la operación de 20.000 m² de suelo terciario añade flexibilidad al nuevo propietario para incorporar usos mixtos (oficinas, hotelería o alojamiento temporal), algo que los promotores valoran como una vía para diversificar flujos de ingresos en proyectos de gran envergadura.
El mercado inmobiliario y del retail seguirá con atención los siguientes pasos: si General de Galerías Comerciales respeta el modelo original, cuándo se activarán las obras y qué operadores y conceptos de ocio y retail cerrarán su presencia definitiva en Infinity. También será relevante conocer la estrategia comercial y de financiación que el grupo liderado por Olivo aplique para completar el proyecto y materializar la inversión estimada superior a 400 millones. Por ahora, la compra marca un punto de inflexión en un desarrollo que ya contaba con permisos y parte de la comercialización comprometida.
