Tribuna firmada por Juan Manuel Mancebo, CEO Tailor Retail Makers.

Hoy, construir retail no significa levantar paredes y colocar mobiliario, sino crear ecosistemas que conecten los valores de la marca con las emociones de los clientes, a medio camino entre lo digital y lo físico.
Los procesos de expansión y aperturas de las tiendas físicas son, para las marcas, uno de los principales retos e inversiones en sus planes de negocio. En un entorno tan incierto y cambiante, contar con una constructora especializada, capaz de comprender los desafíos actuales y de convertirse en un verdadero partner estratégico, es más que una ventaja competitiva: es la auténtica clave del éxito.
El cliente del retail ha cambiado radicalmente en los últimos años. Ahora, el proceso de compra suele empezar o finalizar en el terminal de un móvil, y lo que busca en la tienda física es inmediatez, experiencias únicas y flexibilidad. Conseguir la fidelidad hacia una marca es cada vez más complejo: se gana día a día con la capacidad de sorprender, emocionar y simplificar la compra.
Por eso, se necesitan espacios flexibles, y de ahí que proliferen los pop-ups efímeros, las concept stores y los formatos micro en aeropuertos y centros comerciales. Espacios capaces de adaptarse en pocas semanas a una tendencia, que funcionan más como laboratorios de marca que como tiendas tradicionales. El consumidor quiere interactuar con la identidad digital de la marca en un espacio físico y espera que ese tránsito sea natural y coherente.
La construcción y el diseño retail se reinventan
Este nuevo escenario exige que las empresas constructoras de este segmento evolucionen de ser meros ejecutores y pasen a ser partners estratégicos para las marcas. Ya no basta con entregar una obra en plazo: se trata de acompañar a las marcas en un calendario exigente, con aperturas simultáneas en distintos mercados, manteniendo la coherencia y el estándar de calidad, y aportando desde fases tempranas experiencia, diseño y conocimiento de las tendencias actuales y futuras.
La clave de la aportación de valor está en la participación integral en el proceso de implantación, desde el diseño y la conceptualización hasta la ejecución, a través de una planificación rigurosa. También en el uso de metodologías de trabajo que permitan anticipar riesgos y coordinar mejor a proveedores y subcontratas, completando la colaboración con servicios de mantenimiento postventa. Al mismo tiempo, la relación tradicional se transforma en colaborativa, potenciándose los contratos llave en mano y libros abiertos que dan seguridad y control a todas las partes.
Sostenibilidad como factor diferenciador
La sostenibilidad ha pasado de ser una etiqueta a convertirse en un argumento de valor y diferenciación. Los consumidores perciben y valoran que las marcas se comprometan con el medioambiente y esperan que sus espacios físicos reflejen esa coherencia.
En este sentido, gana terreno el uso de materiales reciclados, el desmontaje selectivo para reutilización o el diseño de mobiliario pensado para un segundo ciclo de vida. Además, certificaciones como Leed, Breeam o Well ya no son un lujo, sino una garantía para el cliente final. Así, la sostenibilidad no solo se convierte en un compromiso, sino en una palanca de competitividad.
Tecnología y digitalización en el punto de venta
La revolución digital ya no se limita al e-commerce: ha llegado a la tienda física. La integración de inteligencia artificial y analítica de datos permite personalizar la experiencia en tiempo real, desde la disposición del producto hasta la interacción con pantallas inteligentes.
La realidad aumentada, los probadores virtuales o la sensorización de espacios ofrecen información valiosa para rediseñar layouts y maximizar la rentabilidad por metro cuadrado. Las constructoras retail y sus equipos técnicos, que se han adaptado a esta transformación, habilitan la tecnología en la obra para que las marcas puedan desplegar todo su potencial.
Retos y oportunidades para el sector
A pesar de los avances, el sector afronta desafíos significativos. El más evidente: la escasez de mano de obra especializada y cualificada. Las obras de retail requieren rapidez, flexibilidad y formación específica (centros comerciales, aeropuertos, normativas internacionales).
Las constructoras tradicionales necesitan adaptarse para atender los retos del sector retail. Han de dotarse de solventes oficinas técnicas, invertir en tecnología y contar con una fuerte cartera de colaboradores y proveedores especializados, manteniendo sus equipos propios de oficios críticos para cubrir tareas clave y garantizar continuidad, calidad y respuesta en un contexto externo de dificultad de subcontratación.
Y, poniendo la vista en el futuro, este apunta hacia espacios más modulares, desmontables y ligeros, donde el coste de adaptación sea mínimo. La construcción retail será cada vez menos “obra civil” y más “ingeniería flexible”.
Conclusión
Las constructoras del segmento retail deben entender que las marcas ya no construyen tiendas para vender productos, sino para generar experiencias memorables y coherentes con su universo digital. En este contexto, aquellas que lideren el sector serán las capaces de integrar sostenibilidad, digitalización y procesos de alta eficiencia.
Empresas como Tailor Retail Makers demuestran que el camino pasa por entender las necesidades del sector y evolucionar desde la construcción tradicional hacia una propuesta integral: un servicio coordinado desde la fase de diseño, ejecución y mantenimiento, con visión técnica, flexible y de futuro, recurriendo a modelos de relación transparentes y colaborativos y metodologías y procesos estandarizados que aseguren cumplimiento en coste, plazo y calidad. Este modelo refuerza la confianza del cliente y permite abordar proyectos de mayor complejidad, creando experiencias que duren mucho más que una apertura.