Los inversores inmobiliarios se replantean el valor de lo verde

Es urgente que los inversores pasen de conversar sobre el ”valor de lo verde” a centrarse en la rentabilidad a largo plazo de la sostenibilidad. Esta afirmación puede extraerse del nuevo informe de JLL, «Retorno de la sostenibilidad: cómo está creciendo el debate sobre ‘el valor de lo verde’». Este documento explora el cambio que se está produciendo respecto a lo que se considera un edificio de primera clase.

«El listón en lo que se refiere a qué significa ser verde está subiendo», explicó el responsable mundial de Sustainability Services y ESG en JLL, Guy Grainger. «Ahora que el argumento económico de la sostenibilidad es innegable, ha llegado la hora de que evolucione el debate sobre la valoración».

Las evidencias demuestran que las acreditaciones verdes tienen como resultado una prima asociada al alquiler del 6 % y otra asociada a las ventas del 7,6 %. Dichas ‘primas verdes’ están resultando bastante importantes, aunque hay que considerar otra vertiente. El análisis de JLL muestra que los edificios que no evolucionan para cumplir los estándares de sostenibilidad sufrirán financieramente; lo que se traduce en un «descuento marrón».

JLL sostenibilidad

La definición de lo ecológico está evolucionando

Los riesgos climáticos y la resiliencia, las emisiones de carbono y la salud de los ocupantes de los edificios contribuyen cada vez más al debate sobre lo que significa ser «el mejor de su clase» en el entorno inmobiliario.

La encuesta de abril de 2021 de JLL a casi 1.000 ejecutivos, inversores e inquilinos corporativos determinó que:

  • El 83 % de los inquilinos y el 78 % de los inversores cree que el riesgo climático es un riesgo financiero.
  • El 79 % de los inquilinos anticipa que la reducción de las emisiones de carbono formará parte de su estrategia de sostenibilidad corporativa para 2025.
  • El 42 % de los inquilinos considera que sus empleados cada vez exigirán más espacios verdes y saludables.

Los sistemas de certificación centrados en el bienestar y la sostenibilidad tendrán que adaptarse a este nuevo tiempo. Los responsables de las acreditaciones LEED y BREEAM, entre otros, lanzarán nuevas referencias centradas en la huella de carbono; que definirán esta última y en cuyo cálculo incorporarán elementos adicionales. A medida que inversores y empresas van adquiriendo compromisos medioambientales y sociales irán teniendo en cuenta cada vez más su cartera inmobiliaria para cumplir los objetivos climáticos

El momento es de vital importancia. Según el Acuerdo de París, para evitar los peores impactos del cambio climático sobre la economía mundial, las emisiones deben reducirse en un 50 % para 2030; y el planeta debe alcanzar la neutralidad de carbono para 2050. El informe de JLL insta a quienes se encargan de conformar el entorno inmobiliario a que tomen medidas para evitar el estancamiento de los activos. También a que promuevan edificios sostenibles, resilientes y saludables; incluso si no cuentan con un caso de estudio o datos sobre el ejemplo de edificio perfecto.  

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