¿Está concienciado el sector en materia de sostenibilidad?: los expertos responden

Los consumidores han adquirido una mayor conciencia y responsabilidad con respecto al medio ambiente. Y conceden gran importancia a la sostenibilidad a la hora de elegir un determinado producto o marca. Por ello, desde Just Retail, hemos querido pulsar la opinión de los expertos y los responsables de marcas que apuestan por políticas sostenibles acerca del nivel de compromiso que se ha adquirido desde el sector del retail.

En palabras de Domingos Esteves, miembro del Comité de Expertos de la Asociación Española del Retail (AER): «El nivel de concienciación es más alto. Esto se debe a una mayor demanda del consumidor que está más preocupado por el cambio climático y por temas recientes de salud. Aunque continúa existiendo una gran diferencia entre lo que reclaman los consumidores y su comportamiento a la hora de comprar».

Marcas sostenibles

Las marcas no se quedan atrás y «están tomando iniciativas más asertivas en términos de sostenibilidad. Asimismo, cabe destacar el incremento de la reglamentación, que puede ser más estricta, pero también constructiva y que apoye el proceso de cambio», añade Esteves.

La industria textil es la segunda más contaminante del planeta

La industria textil es una de las mayores culpables del desperdicio de agua a nivel mundial, según revelan diversos estudios elaborados por la Unión Europea y la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Estos son algunos datos: la producción de tejidos provoca el 20 % de la contaminación de agua potable en todo el mundo. El sector representa, además, el 10 % de las emisiones de gases de efecto invernadero. El lavado de los materiales sintéticos necesarios para la producción de ropa genera 500.000 toneladas de microfibras que terminan en los océanos. Y el 85 % de los textiles son desechados en vertederos, o incinerados, causando aún más contaminación. 

«Aunque la industria de la moda es una de las más contaminantes, cada vez hay más medidas y proyectos que luchan por minimizar la huella medioambiental que esta provoca. El consumo comienza a ser más consciente y menos impulsivo, lo que es un gran paso», señala Nacho Rivera, uno de los creadores de Blue Banana.

Por su parte, su socio, Juan Fernández-Estrada, explica que «cada vez más marcas de ropa apuestan por la calidad frente a la cantidad.  Entre todos debemos alejarnos de la ropa low-cost e inclinarnos por prendas de calidad, materiales reutilizables y, en general, reducir el consumo de recursos». «La concienciación cada vez está más extendida y los materiales sostenibles resultan cada vez más familiares para la sociedad. Creemos que vamos por el camino adecuado y nos mostramos optimistas ante este cambio», asegura.

Desde Tropicfeel afirman que «la industria de la moda tiene que reinventarse de forma radical o está condenada a desaparecer». Entre 2000 y 2015, la moda duplicó su volumen de prendas hasta los 100.000 millones. La estimación, además, es que crezca un 63 % para 2030. «Nuestra industria es parte del problema, pero nosotros nos comprometemos a ser parte de la solución. La sostenibilidad no es una oportunidad para nosotros, es una responsabilidad«, manifiestan.

En la búsqueda de soluciones de bajo impacto, «intentamos innovar y trazar toda la cadena de suministro. Nuestros principales atributos son la calidad, la trazabilidad y la circularidad, es decir, alargar al máximo la vida de nuestros productos«, añaden desde Tropicfeel. «Cada vez son más las marcas que parecen tener un enfoque diferente al tomar medidas reales para construir una realidad diferente. Desde los materiales, la fabricación, los nuevos métodos operativos, hasta la filosofía del producto y los proyectos de marcas más conscientes. Cada vez son más las que se implican, pero aún queda mucho camino por recorrer«.

Apostar por materias naturales

«El sector está concienciado de que la sostenibilidad es la palabra de moda y está en boca de todos, aunque a veces se desvirtúa. Influyen muchos factores para determinar si algo es sostenible», señala Eva García, creadora de Ecoology. «Todos los procesos que se llevan a cabo son importantes para que un producto pueda considerarse sostenible: su procedencia, la materia prima, la producción, quien la ha hecho y bajo qué condiciones, de donde proviene, su ubicación y las vueltas que da hasta el consumidor final. Y no nos olvidemos de qué pasará con esa prenda cuando ya no sirva».

«Lo natural siempre es una buena opción a la hora de comprar nuevas prendas, ya sea de nueva producción o de segunda mano. Los tejidos naturales son más fáciles de reciclar», añade la creadora de Ecoology. «Otra forma de sostenibilidad es la reutilización, transformación o adaptación de cosas que ya existen. Usar cosas de segunda mano que ya están creadas es una buena opción». Y recuerda que: «El consumo debe ser responsable y meditado, comprar a lo loco nos lleva al punto de partida insostenible del que queremos huir».

El consumidor está más concienciado que nunca

Chiara Pavanello, fundadora de Goa Goa, apunta que «la sostenibilidad es prácticamente el reto esencial para el sector de la moda en 2022. Sin embargo, de todo esto se extrae un dato positivo: el 39 % de los materiales usados en la industria textil ya son fibras eco, según se desprende de Material Change Index (MCI) elaborado por Textile Exchange. Cada vez son más las marcas y las nuevas propuestas que ofrecen la sostenibilidad como base principal de su oferta. El compromiso está en auge«.

Marcas sostenibles

En referencia a los consumidores, » están cada vez más informados y son más conscientes de los productos que compran. Por ello, aquellas marcas más sociales y sostenibles conectan mejor emocionalmente con el consumidor«, añade Pavanello.

Federico Sainz de Robles, fundador de Sepiia, también pone en valor la conciencia del consumidor en materia de sostenibilidad: «Son muchas las marcas que se han dado cuenta del potencial que este factor tiene en marketing, aunque dar el giro para ser más sostenibles es más difícil que cambiar su slogan. Muchos se han quedado ahí, pero también hay otras que sí están haciendo esfuerzos por cambiar a otro modelo de negocio que tiene mucho más en cuenta su impacto en el planeta«. La firma asegura que buscan mejorar «no solo la calidad y propiedades de la ropa, sino también hacerla más sostenible, y ya contamos con este modelo desde que comenzamos».

Marcas sostenibles

La economía circular y el compromiso desde los productos para los más pequeños

Yocabel Bermejo, Senior Country Manager de Lillydoo en España: «El sector del cuidado del bebé es cada vez más consciente de su impacto ambiental y la necesidad de innovar para poder ofrecer a los clientes productos de gran calidad con una huella ambiental reducida. Y, por un lado, ofrecer productos con materiales procedentes de explotaciones sostenibles que cuidan y respetan la piel del bebé. Los consumidores demandan productos realmente absorbentes y que encajen con su estilo de vida».

Desde Lapona aseguran que «las marcas de ropa se están poniendo cada vez más las pilas e introducen tejidos reciclados, orgánicos y la técnica upcycling en sus colecciones. También el consumidor cada vez más quiere aportar su granito de arena y ser un poco más responsable con el medio ambiente en su vida diaria, así que con la moda también tienen un poco más de cuidado al elegir marcas de proximidad o determinados materiales. Sin embargo, todavía hay mucho por hacer aquí». Y es que la economía circular en la moda todavía está todavía poco extendida en España: «El mercado todavía es poco maduro. Es necesario explicarlo mucho y enseñar el proceso».

Cuando la sosteniblidad llega a los alimentos

Jordi Dalmau, cofundador de Mūn Ferments, explica que «en 2015,apostamos por envasar en vidrio una bebida refrescante, totalmente viva, bajísima en azúcar que se convertía en una alternativa saludable a los refrescos convencionales. Somos los únicos en fabricar un producto no pasteurizado que no necesita frío para controlar la fermentación gracias al mínimo azúcar residual que hemos conseguido que contenga».

Cuando empezaron a elaborar kombucha, «era muy importante que fuera una bebida absolutamente ecológica, que no contuviera ningún ingrediente artificial y que estuviera envasada en vidrio. Son unos estándares de calidad a los que no pensamos renunciar y, casi siete años después de poner la primera botella a la venta, continuamos trabajando para mejorar aún más en materia de sostenibilidad«, añade.

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